SOY RARO

 Honestamente, esta actividad se me hace más dificil de lo que pensaba, tal vez porque me la he tomado muy enserio. Llevo dias pensando qué poner y, sinceramente, no creo que llegase a estar nunca del todo satisfecho con lo que escribiese. En fin, trataré de presentarme lo mejor posible.

He titulado esta entrada "Soy raro" porque me ha parecido la más acertada. Me crié en una famila donde la tónica general era andar desnudo por casa,  estudié filosofía porque lo decidí unos dias antes de hacer la selectividad  (jamás me he arrepentido de mi decisión) y no soy una persona muy habladora. No soy tímido, pero no me va la cháchara y me gusta pasar el 90% de mi tiempo solo. Con esta presentación, es natural preguntarse por qué alguien así querría ser profesor, un trabajo que va de tratar con personas; más aún, profesor de instituto, donde te enfrentas a adolescentes hormonados cada día. Lo cierto es que descubrí esta vocación de casualidad, al igual que mi pasión por la filosofía o por los deportes de contacto (los cuales espero también poder enseñar algún dia). Empecé a los 19 años a trabajar como profesor, después he pasado por algunos otros trabajos. Siempre pensé que trabajar me haría sentir útil, pero lo cierto es que buscar trabajo en otros sitios acababa por hacerme sentir como Sísifo arrastrando la roca: como alguien que hace un esfuerzo muy grande e inútil al mísmo tiempo. 

¿Y por qué la filosofía? Porque me gustaba, fue el único requisito que tuve en cuenta. Más adelante, descubrí que existían problemas que, por su propia naturaleza, no podían ser tratados desde otra perspectiva que no fuese la filosófica. Aplicándolo al terreno educativo, ¿sirve para algo la filosofía? La respuesta corta que se me ocurre es la siguiente: para plantear preguntas adecuadas. No creo que la filosofía sea la salvadora del mundo, pero como mínimo puede ser la que ponga en marcha una serie de cambios. La filosofía es una actividad, no una forma de conocimiento como tal, algo que está en todos nosotros en tanto que seres que desean conocer el mundo que les rodea o, poniendome más kantiano, a los que su propia razón lleva siempre a querer conocer más allá de sus propios límites. Sin embargo, esta actividad tiene que servirse siempre de los conocimientos científicos y humanísticos de los que disponemos, o de lo contrario se convertiría en puro onanismo intelectual (pajas mentales, hablando en plata).

Con esto doy por concluida esta presentación. Soy raro. 


Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

"SCARED CHILD"

¿QUÉ DECIR DE LA EDUCACIÓN EN ESPAÑA?