LA MUJER EN LA CIENCIA

 

Cuando se habla de mujeres en la ciencia, lo primero que se nos suele pasar por la cabeza es la poca presencia que estas tuvieron a lo largo de la historia; cabe entonces preguntarnos si esto se debe al machismo o más bien a otras causas.

¿Vivimos aun en un patriarcado? Por patriarcado entendemos un modelo de sociedad en el que los hombres dominan a las mujeres. A pesar de que este término no siempre formó parte del activismo de género, hoy en día es bastante utilizada y sostiene que, aun hoy en día, las mujeres estructuralmente están en desventaja. Roxana Kreimer en su libro “El patriarcado no existe más” postula que no podemos hablar de una discriminación sistemática hacia la mujer, pese a que sigan existiendo situaciones particulares en las que se encuentre en una situación de desventaja o se la trate de forma diferente por cuestión de género. Si bien este libro trata una serie de cuestiones que pretende desmentir, como la brecha salarial o el techo de cristal, para el tema que nos ocupa voy a fijarme exclusivamente en las distintas preferencias e intereses de hombres y mujeres



DISCRIMINACIÓN EN EL ÁMBITO LABORAL:

A menudo se señalan 2 tipos de discriminaciones que harían que las mujeres se separasen de la ciencia: una es el sexismo interno, ideas como que las instituciones son sexistas o que una mujer debe demostrar mayor competencia para estar a la misma altura que un hombre; la otra es el sexismo externo, o sea, que la sociedad es sexista, que las mujeres entonces dudan de sus propias capacidades, etc. todo esto provocaría que las mujeres abandonasen o ni siquiera llegasen a interesarse por los estudios científicos. Existe un fenómeno llamado efecto John-Jennifer, según el cual se explica un presunto sesgo en las instituciones a la hora de evaluar y contratar mujeres; este fenómeno parece salir de unos hallazgos publicados en un estudio de 2012, pero los efectos que puede tener no están tan claros, entre otras cosas porque existen estudios que parecen desmentir los primeros y, además, los resultados de ambos experimentos se muestran sensibles a la manera en que se presentan a los sujetos. Realmente no existen estudios del todo concluyentes en este ámbito que nos muestren qué pasaría si esto se diese en la realidad. Dejaré al final los estudios a los que hago referencia.

A esto se le añade además la menor inserción laboral de las mujeres, sin desglosar las cifras categoría por categoría, donde se dice que cuentan con una cantidad de cualificación mayor de la que necesitan para desempeñar su trabajo, donde no se especifica que esos mismos empleos estén en concordancia con su formación; hemos de tener en cuenta que las mujeres, en promedio, tienden a escoger estudios con menos salidas laborales, a saber, relacionados con las humanidades y las ciencias sociales. todo esto podría explicar por qué hay mayor tasa de paro entre mujeres.

DIFERENTES INTERESES ENTRE HOMBRES Y MUJERES:

Existe una confluencia de factores biológicos y culturales que explicarían por qué existen diferencias entre preferencias, donde los biológicos tienen un gran peso. 2 estudios con más de medio millón de personas muestran como las mujeres en promedio están más interesadas en trabajar con personas y los varones con objetos; la diferencia que se arroja en este estudio es muy significativa. Vemos también que, a lo largo de la evolución de nuestra especie, hombres y mujeres tuvieron que enfrentar algunos desafíos y utilizar algunas estrategias diferentes: las mujeres se mostraban más implicadas tanto en la gestación como en la crianza, lo cual las predispuso a estar muchas más horas del día en contacto con personas; sin embargo, las tareas a las que más se dedicaban los hombres tenían que ver con la caza o la construcción. Todas estas cuestiones tienen que ver con las elecciones que hoy en día llevan a cabo hombres y mujeres, como es por ejemplo el caso de la medicina (vinculada con el cuidado) donde hay mayor prevalencia de mujeres que de hombres. Las áreas dentro de la medicina que implican mayor peligro (incluido para uno mismo) suelen ser preferidas por hombres, mientras que las vinculadas con el cuidado son preferidas por mujeres.

Podríamos preguntarnos también cuál es el interés de las mujeres en la investigación científica, teniendo en cuenta que Marie Curie ganó el premio Nobel 2 veces y que, en la historia, muy pocas mujeres ganaron uno. Ya hemos mencionado que el interés principal en mujeres tiene que ver más con aquello que tiene alguna relación con lo social, de modo que no se muestra mucho interés por la producción teórica. En el estudio más grande conocido titulado “The role of gender in scholary authorship”, de 2013, se evalúa la producción teórica de un total de 8 millones de artículos académicos de distintas disciplinas, y se observó que tan solo el 24% de ellos fueron de autoras femeninas. El estudio además evalúa la producción desde 1990 hasta 2011, donde se observó que en todas las disciplinas había mayor prevalencia de hombres no solo en ciencia, sino también en educación, que suele ser mayoritariamente elegida por mujeres. ¿Existe entonces una discriminación sistemática? En otro estudio titulado “No evidence of any systematic bias  

 

against manuscripts by women in the peer review process of 145 scholarly journals”, hecho con 760.000 revisiones de 350.000 artículos muestra que no existe tal cosa.

El por qué de este bajo interés por la producción teórica lo podemos encontrar en lo que ya mencionaba anteriormente, y es que, la preferencia que las mujeres muestran por las tareas que tienen que ver con el trato con personas y hacia tareas concretas, junto con el mayor interés de los varones por objeto y abstracciones, puede llevar a que estas rehúyan tareas de investigación, que normalmente implican trabajar solo durante largos periodos de tiempo. También se observa que en personas autistas existe interés por las mismas tareas que un varón, siempre hablamos en promedio y no como norma, elegiría, y esto puede explicarse debido a influencia de mayor cantidad de testosterona durante la gestación.

A modo de conclusión diré que, a la luz de la evidencia científica, parece complicado sostener que hoy en día las mujeres no participen en la ciencia debido al sexismo de la sociedad o a la educación recibida. Sí que es cierto que durante siglos el papel de la mujer en la ciencia ha sido relegado a mera comparsa y muchas veces no se ha tenido en cuenta; por ejemplo, en las universidades durante los siglos XII y XV se redujeron las oportunidades de acceso a mujeres debido a su carácter clerical (Minsky, 2005, p.3). sin embargo, hoy en día las mujeres gozan del mismo tipo de oportunidades, al menos en occidente, para desarrollar su vida y trabajo entorno a sus intereses, y esto se observa en los países con mayor libertad tanto económica como social. Un ejemplo es el de ciertos países europeos como Países Bajos, Bélgica o Finlandia, donde se ve que no por el hecho de que haya igualdad de oportunidades tiene que haber igualdad de resultados, si las mujeres en estos países no escogen carreras que tengan que ver con la tecnología o las ingenierías es por causas diversas, y no por el machismo institucional.

 

BIBLIOGRAFÍA:

1-     “The role of gender in scholary authorship”: https://doi.org/10.1371/journal.pone.0066212

2-     “No evidence of any systematic bias against manuscripts by women in the peer review process of 145 scholarly journals”,: https://www.researchgate.net/publication/339628614_No_evidence_of_any_systematic_bias_against_manuscripts_by_women_in_the_peer_review_process_of_145_scholarly_journals

3-     Efecto John-Jenifer: evidencia a favor: noticia ABC sociedad: bc.es/sociedad/abci-mujeres-superan-rendimiento-hombres-universidad-pero-ganan-menos-y-registran-mayor-tasa-paro-201803012110_noticia.html

4-     N. W. Minsky: “El papel de la mujer en la ciencia” Ciencia UANL, Universidad Autónoma de Nuevo León Monterey, Méjico.

       R. Kreimer: “El patriarcado no existe más” Editorial Galerna (2020)

      Mujeres más interesadas en personas y hombres en objetos: Lippa, R. (1998). Gender-related individual differences and the structure of vocational interests: The importance of the people–things dimension. Journal of personality and social psychology, 74(4), 996. https://psycnet.apa.org/record/1998-0...

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