PARTICIPACIÓN ESCOLAR, FOUCAULT Y LA PEDAGOGÍA CRÍTICA
Cuando se habla de participación escolar, siempre se habla de la falta de esta. La pregunta es, ¿a qué se debe esta sistemática falta de interés? La mayoria de alumnos parecen ver el centro escolar como una zona de paso, utilizando el mínimo esfuerzo necesario para terminar sus estudios y llegar a la siguiente etapa.
Llegados a este punto, no puedo no hablar de Michel Foucault, autor que, si bien se dedicó especialmente a hablar sobre la cárcel, Vigilar y castigar lleva implícita la idea de que la escuela funciona de la mísma manera: un lugar donde se vigila y controla a los estudiantes, se les coloca en unos espacios u otros, controlan sus horarios... en este sentido, fue uno de los más influyentes autores en lo que se conoce como "pedagogía crítica". Esta corriente, impulsada especialmente por la Escuela de Frankfurt, trata de reivindicar sobre todo la reflexión crítica de los alumno sobre su propio aprendizaje y contexto socio-cultural. Pero, como Marx reza en La Crítica de la Filosofía del Derecho de Hegel, "el arma de la crítica no puede sustituir a la crítica de las armas"; no solo se debe reflexionar sin más, sino para transformar la realidad.
En nuestro sistema educativo, lo que sucede es que, no solo no se hace nada, sino que no existe pensamiento de nada sobre nada; ni siquiera se ha alcanzado el primer estadío del cambio. El poder y la dominación a los que Foucault se refiere no solo se han impuesto sobre los alumnos, sino que han pasado a constituirles. Es decir, no se trata de una fuerza visible; el poder atraviesa la vida de los individuos, haciendo muy dificil que estos tomen conciencia y puedan actuar en consecuencia. Es algo bastante similar a lo que ha sucedido en las fábricas: antes, el control se ejercía directamente sobre los cuerpos de los empleados, dentro de un espacio y tiempo determinados. Con el paso del capitalismo industrial al financiero, el poder deviene en algo menos evidente, de forma que las sociedades ya no son disciplinarias (Foucault) sino que son sociedades de control (Deleuze). El poder pasa desapercibido, no podemos identificarlo con un profesor, un director, jefe de estudios... atraviesa nuestra propia vida y transforma nuestra forma de ser en el mundo. Pasar a la acción se hace cada vez más dificil.
Con este panorama, hasta cierto punto trágico, ¿cómo esperar que un alumno quiera tomar cartas en el asunto?
BIBLIOGRAFÍA:
-P. McLaren y J. L. Kincheloe: Pedagogía crítica. De qué hablamos, dónde estamos. Editorial GRAO, 2008.
-M. Foucault: Vigilar y castigar. El nacimiento de la prisión. Editorial Libera los Libros, 2003, traducción de Aurelio Garzón del camino.
- Gilles Deleuze, «Post-scriptum sobre las sociedades de control», Polis [En línea], 13 | 2006, Publicado el 14 agosto 2012, consultado el 20 octubre 2021. URL: http://journals.openedition.org/polis/5509
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